La Congregación de la Providencia es de origen francés y fue fundado por el Beato Juan Martín Moye en el año de 1762. Su carisma: “SER TESTIGOS DEL AMOR PROVIDENTE DE DIOS A TRAVÉS DE LAS OBRAS DE MISERICORDIA, ESPECIALMENTE, PARA LOS MÁS PEQUEÑOS Y LOS POBRES”.
La Congregación se ha extendido en Europa, África y América; es así que en el año 1868 un terremoto azotó a la ciudad de Ibarra dejando en la orfandad a muchas niñas. El Dr. Gabriel García Moreno decide buscar una comunidad religiosa para educarlas, encomienda a Monseñor Checa y Barba que realizara la gestión en Roma.Realizados todos los trámites necesarios, ocho Hermanas de la Providencia salieron desde Champion-Bélgica con rumbo al Ecuador el 4 de Noviembre de 1871. Luego de un largo viaje en barco llegaron a Guayaquil. Para subir a la sierra atravesaron la cordillera en lomo de mula y caballo llegaron a Quito el 4 de Enero de 1872. Se hospedaron, por un tiempo, en el Beaterio Viejo, iniciando su labor con 55 niñas huérfanas, enseñándoles tareas como bordado, costura, cocina, confección de guantes y encajes, a más de su formación para la vida cristiana.
Luego de fundar la casa Matriz en Quito, algunas Hermanas abren la segunda casa en Azogues; posteriormente, realizan la tercera fundación en la ciudad de Ambato, con el nombre de “Marianita de Jesús” pero la comunidad de Hermanas no acepta el cambio de nombre y se decide seguir con el nombre de Instituto “La Providencia” que abre sus aulas el 16 de Octubre de 1861 bajo el principio: EDUCAR ES UNA MANERA DE ACERCASE A DIOS”, destinado a la formación integral de la mujer ambateña.
La Congregación en el Ecuador tiene 142 años de existencia. La acción evangelizadora expresada en la pastoral educativa en inserción y salud, conforman un legado espiritual con valores de humano-cristianos, intelectuales, solidarios para la sociedad ecuatoriana que ha dejado huellas en muchas generaciones distribuidas a lo largo y ancho del país.
Se encuentra en doce Provincias, con treinta y dos comunidades. Su identidad, el cariño y dedicación para educar a niñas, niños y jóvenes marca el camino de cada una de ellas y va dejando huellas en el que permanecen, según el envío recibido. Las Hermanas son dignas de la admiración de multitudes a las que con tanto amor y constancia enseñaron sus primeros trazos y letras y sembrando la Palabra de Dios por medio de la educación católica.
Bibliografía:
http://www.familiaprovidencia.com/historia-de-la-congregacion-de-la-providencia-y-de-la-inmaculada-concepcion/
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