Juan Martín Moye nació en un pequeño pueblo de Metz, exactamente en Cutting, el 27 de enero de 1730. Su padre fue Juan Moye y su madre Catalina Demange.
Juan Martín desde muy pequeño manifestó su virtud en predestinación a la santidad. Le gustaba el recogimiento y la soledad. No podía ver el sufrimiento y siempre trataba de ayudar a los más necesitados.
Empieza sus estudios preparatorios al sacerdocio con su hermano, en la universidad de Pont-a-Mousson llamo la atención por sus éxitos. Después fue a Strasburg para seguir un curso de filosofía (1749-1751).
En 1751 ingresó al seminario de Metz y se especializó en la sagrada escritura,practicó el griego y hebreo.
El 9 de marzo de 1754 Moye recibió el sacerdocio, para 1759 fue coadjutor de la parroquia San Víctor.
Moye no se canso de instruir en la cátedra, en el catecismo, en iglesias, escuelas y casas particulares. Persuadía con sus palabras y arrasaba con sus ejemplos.
Moye trataba de formar un equipo de maestros que sin ningún medio de subsistencia acepten ir a evangelizar, poniendo sus esperanzas en el abandono total a la divina Providencia, así "La Congregación de Hermanas de la Providencia" fue establecida en 1762 para la instrucción de las niñas en los campos, basándose en 4 pilares: Caridad, pobreza, sencillez y abandono.
Margarita Leconte fue la primera que acepta consagrarse a la educación de estos niños. A pesar de las dificultades que conlleva, las hermanas prosiguen con alegría. "El sacrificio de voluntad"
Para 1771 fue parte de las misiones extranjeras de París. Moye fue a China para predicar, enseñar y bautizar en la provincia de Sutchoan. El creo la fundación de las Vírgenes Chinas y su obra Angélica.
Paso 10 años en su misión y varias veces alcanzo la palma del martirio.
En 1783 Moye se sentía bastante cansado tanto física como moralmente, el beato regreso a París en 1784.
En poco tiempo visitó las casas y los noviciados. Después de 12 años de ausencia se dio cuenta del debilitamiento de la fe y de la descristianización del pueblo.
La ola revolucionaria avanzaba con un endurecimiento a Dio. Moye y las hermanas se refugiaron en Treveris, en un granero, donde pasó 18 meses.
Moye también escribía relatos espontáneos como el Dogma de la Gracia, 15 Cartas a las Hermanas de Europa, Advertencias, El vía crucis y muchos más.
La epidemia de tifus llego a Treveris y como era de suponerse por su inmensa caridad Moye asistía a los moribundos, pero este mal le atacó y se agravó, el 4 de mayo de 1793 con 63 años expiro diciendo Jesús.
Fue sepultado en San Lorenzo, donde más tarde esta iglesia fue demolida.
Su beatificación como santo se dio en un proceso muy lento luego de 98 años y culminando el 21 de noviembre de 1954 en la Basílica.
Su institución como un árbol creció y se desarrollo a pesar de todo, y además se extendió en numerosos lugares como nuevos retoños.
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